Sufro una grave congestión de suspiros…
…muy pocos se me escapan.
Se acumulan en mi garganta, como un río de grasa…
…provocándome dolores de pecho y respiración entre-cortada.
A veces, requiero mano amiga para expulsarlos…
…y muevo con anticipación el ventilador.
Sería aún más duro sin el aire fresco…
…recordándole a mi rostro que aún puedo respirar.
Unidos, son suficientes suspiros para mantener a flote un cometa…
…pero, al salir tan pocos, con tanta urgencia…
…resisten – a penas – el espasmo visceral de un orgasmo.