Y si en lugar de hacer lo que debería hiciese lo que quiero, ¿aún sin saber qué es?
Ya sabes, tanteando con mis manos la oscuridad, tropezando sobre mis propios pies.
¿Hay tiempo para eso?
Para equivocarme una y otra vez, hasta hacerme un bucle de arrepentimiento insoportable.
¿Sería apropiado?
A mitad de año las resoluciones pasan factura, y cada dos semanas me doy por aludida.
Quiero volar alto, muy alto y caer.
El sol brilla para todos.
¿Lo ves?